El imperialismo europeo, características, causas y consecuencias

Resumen, esquema del imperialismo europeo

Como imperialismo europeo se conoce al proceso de expansión colonial ocurrido entre 1875 y 1914. En este período las potencias europeas con mayor desarrollo industrial, bajo el modelo económico capitalista, extendieron su dominio hacia regiones de África, Asia y el Pacífico Sur.

Si deseas conocer más sobre este período histórico, a continuación, te hablaré sobre las características, causas y consecuencias del colonialismo europeo.

¿Qué es el imperialismo europeo?

Hacia finales del siglo XIX, los países europeos que habían tenido mayor desarrollo económico gracias a la Revolución Industrial y el auge del modelo económico capitalista se convirtieron en las potencias dominantes del mundo.

Las tres principales potencias europeas eran Gran Bretaña, Alemania y Francia. Estas eran secundadas por otros países que comenzaban a experimentar el auge económico producto de la industrialización, como el Imperio Ruso, el reino de Bélgica y el recién unificado reino de Italia.

Estos países aprovecharon su desarrollo tecnológico y su poderío militar con la finalidad de expandir sus territorios a través de colonias en África, Asia y Oceanía. La carrera expansionista causó varios conflictos entre potencias europeas por la conquista de la mayor cantidad de territorios.

El propósito de esta política expansionista de carácter imperialista era de tipo económico. Las nuevas regiones conquistadas estaban formadas por territorios vírgenes, ricos en recursos naturales que servían de materias primas para los aparatos industriales de los países europeos.

Al mismo tiempo, los países conquistados con economías menos avanzadas también se convertían en mercados ideales para el comercio de los nuevos productos de fabricación masiva que producía el modo de producción industrial. Europa estableció de esta manera un nuevo modelo de dominio imperial basado en sus industrias y la economía de libre mercado capitalista.

El espíritu que justificaba este modo de acción se sustentaba en teorías etnocentristas de influencia positivista que afirmaban que la cultura occidental Europea era el estado más avanzado de la civilización. El proceso colonizador utilizó como pretexto llevar el desarrollo a los pueblos menos civilizados de otros continentes.

Características de la política imperialista de Europa a finales del siglo XIX

Las prácticas colonialistas llevadas a cabo por las principales potencias europeas de finales del siglo XIX compartían características comunes sin importar el país que las ejecutara.

Tipos de colonización del imperialismo

Las potencias europeas utilizaron diferentes tipos o modelos de colonización, desde el establecimiento de colonias hasta el uso de figuras como los protectorados y los estados asociados. Estos fueron los más utilizados.

– Colonias, apropiación a través de la fuerza militar de grandes extensiones de territorios vírgenes en varios continentes, en especial, África, Asia, y Oceanía. En este caso se usaba una administración centralizada bajo la autoridad dela metrópoli.

– Aplicación de la figura del protectorado en estados que conservaban una autonomía parcial. Por ejemplo, Egipto que fue protectorado británico a partir de 1914.

– Uso de la figura de concesiones, los gobiernos locales recibían pagos a cambio de ceder puertos que funcionaban como centros comerciales. Por ejemplo, Hong Kong fue una concesión China a la Gran Bretaña.

– Estados mancomunados, estos eran países que habían sido antiguas colonias y ahora pasaban a ser estados asociados a las potencias europeas. Gran Bretaña tuvo como estados asociados a Canadá, Australia y Suráfrica.

Características del modelo económico imperialista

La economía del imperialismo europeo se caracterizaba por una división muy clara del trabajo. Las colonias eran la fuente de materias primas. Las metrópolis eran la sede de los aparatos industriales. En Europa se producían productos manufacturados que luego eran enviados para su venta en las colonias.

La acumulación de capitales ocurría en las empresas y en el sector financiero de las grandes metrópolis, como era el caso de Londres, en donde se encontraban los principales bancos de inversión de la época. Esta situación ocasionó la integración del capital industrial con el capital de los bancos expandiendo el sector financiero de estos países.

La exportación de mano de obra ocasionó grandes procesos migratorios. La población de las zonas rurales de los países industrializados, y los sectores más pobres de los centros urbanos, buscaron emigrar a las colonias de sus países o a áreas de influencia en vías de desarrollo.

El imperialismo europeo produjo una fuerte explotación de las poblaciones autóctonas de las colonias por parte de las empresas de las metrópolis. De este modo se creó en los territorios coloniales una fuerte división de las clases sociales, segregación y discriminación en el ejercicio de los derechos civiles.

El modelo imperialista tuvo como consecuencia el surgimiento de los monopolios y los carteles. Las empresas de las potencias imperiales, apoyadas por sus gobiernos, buscaban dominar y acaparar los mercados de determinados rubros comerciales. También se dieron asociaciones entre las empresas dominantes de un sector creando carteles que fijaban y manipulaban el mercado a su conveniencia.

Causas del imperialismo europeo

Una de las principales causas del imperialismo europeo fue el desarrollo del capitalismo producto de la expansión económica causada por la Revolución Industrial. Una de las necesidades inherentes al modelo capitalista es la expansión de los mercados y el incremento del consumo.

Para lograr el funcionamiento del modelo capitalista, los países con economías más avanzadas requerían una solución al problema de la superproducción que causó una acumulación de grandes inventarios de mercancía. La búsqueda de nuevos mercados y recursos fue la respuesta a la crisis de 1873.

Los comerciantes europeos se dedicaron al comercio e intercambio de productos manufacturados por materias primas en todo el mundo. Esta actividad le permitió a estos comerciantes descubrir que las tribus y los estados feudales que controlaban las materias primas eran débiles desde el punto de vista militar debido a su rezago tecnológico.

Esta situación condujo a que los gobiernos de las potencias europeas decidieran asumir la conquista de los territorios económicamente atractivos. Estas acciones eran menos costosas que comprar los recursos a los que deseaban acceder. Las conquistas llevadas a cabo por el imperialismo europeo condujeron a la explotación de las materias primas y de la población de las colonias.

Consecuencias del imperialismo europeo

Las colonias de los países imperialistas sufrieron un amplio proceso de expoliación y explotación. Esto generó una fuerte dependencia y rezago en el desarrollo industrial y económico de estos países. Una situación que tuvo como consecuencia problemas de desigualdad económica y social que se mantienen hoy día.

La situación de opresión que vivieron los países colonizados por el imperialismo europeo causó sentimientos de rechazo que fueron la causa de movimientos nacionalistas de resistencia en la población sometida. Luego de la Segunda Guerra mundial estos movimientos fueron el germen de la independencia las colonias europeas en África y en Asia.

Las potencias colonialistas europeas invirtieron en el desarrollo de la infraestructura que requerían para la explotación y comercio de las materias primas de sus colinas. Por esta razón, construyeron ferrocarriles, canales fluviales, puertos y carreteras en países de África y de Asia como Argelia, la India e Indochina, entre muchos otros.

La población local de los países colonizados sufrió un proceso de merma demográfica producto de las guerras locales por la conquista, y luego, por la emancipación de estos países. También fueron víctimas de situaciones de explotación laboral, esclavismo abierto o encubierto.

Los países colonizados sufrieron proceso de aculturación. Esto quiere decir que la cultura dominante se impuso por razones de prestigio sobre la cultura dominada. Las poblaciones locales cambiaron sus costumbres, asumieron las lenguas, creencias, normas morales y preferencias de los colonizadores.

Con el tiempo ocurrió un proceso de migración inverso. Los habitantes de las antiguas colonias del imperialismo europeo emigraron hacia las metrópolis creando grandes segmentos de población de origen africano y asiático que residen en países como Inglaterra y Francia.