El Renacimiento y el Humanismo, origen, características y consecuencias

Renacimiento y humanismo, resumen
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El Renacimiento y el Humanismo fueron movimientos filosóficos, literarios, artísticos y culturales que se iniciaron en Italia en el siglo XV y se expandieron por toda Europa. Aunque hubo antecedentes previos durante el siglo XIV.

Desde el punto de vista cultural estos movimientos representaron un giro en relación con la visión teocéntrica de la Edad Media, y un retorno a los valores que ponían al hombre como centro de la reflexión filosófica, la creación artística y la acción política.

Continúa leyendo para conocer más sobre el origen y las características del Renacimiento y el humanismo, la relación entre ambos términos y algunas de las figuras más notables de este período de la historia.

Origen del Renacimiento y el Humanismo

Hacia el final de la Edad Media las condiciones de vida de la población europea habían cambiado mucho en relación con la antigüedad del mundo clásico griego y romano.

Procesos como el nacimiento de la clase burguesa, o el descontento de la población con la iglesia católica que provocó el movimiento reformista, se sumaron a un renacido interés de las clases cultas por la cultura de la antigüedad y su concepción sobre el hombre como centro y medida de todas las cosas.

Este fenómeno se debió en buena medida a la reintroducción en Europa de las obras de autores griegos como los estoicos o los sofistas, o de tratados prácticos como el de Architectura de Vitrubio.

En la antigüedad estas obras pasaron a través de Bizancio al mundo árabe donde fueron traducidas y estudiadas por sabios árabes como Averroes, lo que permitió que muchas de estas obras fueran rescatadas por el contacto con la cultura de Al-Ándalus.

De igual modo ocurrió con mucho textos clásicos que fueron cuidadosamente copiados y preservados durante siglos en los monasterios medievales, y que con la creación de las universidades comenzaron a circular y ser conocidos fuera de las paredes de los claustros monacales.

La Edad Moderna, el Renacimiento y el espíritu humanista

No solo los libros de la antigüedad llamaron la atención de muchos hombres de letras, también las ruinas y vestigios del antiguo Imperio romano causaban admiración en la población de la península itálica, muchos de sus pobladores anhelaban los tiempos gloriosos de Roma.

Fueron esos italianos, que redescubrieron y se sintieron admirados por el esplendor de la antigua cultura clásica de Grecia y Roma, quienes inicialmente se trazaron un proyecto que buscaba restaurar muchos de los valores clásicos que con el tiempo se convirtieron en la base del Renacimiento y el Humanismo.

En especial, en los círculos intelectuales de las regiones más ricas de Italia, como Florencia y Siena, en la Toscana; así como en Roma, Venecia y Nápoles. En todos estos centros hubo importantes grupos de humanistas que se caracterizaron por la búsqueda de una nueva identidad para el momento que vivían en el siglo XV.

En el marco del movimiento humanista pronto se acuñó el término de Edad Moderna, del latín modernus que significa un momento actual, algo que implicaba una relación de distancia con el pasado, que era la Edad Antigua, y la consciencia de una separación histórica entre estos dos momentos, que por falta de otro nombre mejor fue llamada la edad del medio, o Edad Media.

La admiración por el pasado se empezó a hacer evidente en la obra de escritores italianos como Dante Alighieri, Bocaccio y Petrarca, o artistas como Cimabue y Giotto. Todos ellos tuvieron en común su interés por las obras clásicas de autores griegos y romanos, y su interés por revivir el estilo y el gran nivel artístico alcanzado por los hombres de la época antigua.

Diferencias del Renacimiento y el humanismo

Aunque estos dos términos, el Renacimiento y el Humanismo, están estrechamente ligados por un mismo ideal, no son exactamente iguales.

Cuando hablamos de humanismo nos referimos a un movimiento filosófico y literario que ocurrió entre los siglos XV y XVI, y que fue impulsado por intelectuales pertenecientes a la clase burguesa, libreros, educadores, escritores que recibieron el nombre de umanisti (humanistas en toscano antiguo).

Estas élites intelectuales comenzaron a desdeñar la prepotencia de las enseñanzas de la escolástica medieval, las cuales se basaban en las doctrinas de Aristóteles y la interpretación teológica hecha por los doctores de la iglesia como Tomás de Aquino.

Los humanistas confrontaron las ideas escolásticas basándose en el valor de la dignidad humana conferida por la racionalidad del hombre, que es capaz de distinguir por sus propios medios el bien del mal.

Los humanistas promovían el estudio de la lengua a través de la gramática y de la correcta expresión a través de la retórica y la escritura de poesía, narrativa y tratados sobre política y filosofía.

Además de los precursores del humanismo italiano como Dante, Petrarca y Bocaccio (hombres que vivieron en el siglo XIV), son importantes figuras de este movimiento italiano Leon Battista Alberti, Pico della Mirandola, Nicolás Maquiavelo, Leonardo Bruni, Poggio Bracciolini y Marcilio Ficino.

Sin embargo, el humanismo fue un movimiento que se diseminó por toda Europa con prominentes representantes como el holandés Erasmo de Rotterdam, el inglés Tomás Moro, o el español Antonio de Nebrija.

Por otra parte, el Renacimiento es parte del Humanismo, y fue impulsado por los valores de este. Pero, usualmente, cuando hablamos de Renacimiento hacemos referencia a un estilo artístico y a un ideal impulsado por la admiración y el deseo de rescatar los esquemas y de la cultura clásica grecorromana.

Características del Humanismo y del Renacimiento

El epicentro del Renacimiento fue Italia, en particular la región de la Toscana con sus principales ciudades Florencia, Siena y Pisa, así como Roma, la sede del papado y el centro de la iglesia católica.

El Renacimiento y el Humanismo italianos se caracterizaron por el deseo de restaurar la tradición clásica grecorromana. Guiados por este anhelo muchos eruditos y estudiosos se dedicaron a rescatar textos antiguos escritos en griego, latín y árabe, para luego traducirlos a las lenguas vulgares de la época y publicarlos gracias a la recién inventada imprenta.

En cuanto a las artes y la arquitectura, los escultores, pintores y arquitectos, se dedicaron a estudiar y copiar muchas obras antiguas y las ruinas de las edificaciones romanas.

Hubo humanistas como Leon Battista Alberti, quien además de tratadista y estudiosos de Vitrubio, fue el arquitecto de la fachada de la iglesia Santa María Novella en Florencia, una de las principales obras arquitectónicas del renacimiento italiano.

Otra característica importante del Renacimiento y el Humanismo fue la secularización de la sociedad. Esto quiere decir que la religión dejó de dominar los principales espacios de la vida de las personas. La iglesia católica que había dominado muchos ámbitos de la vida durante la Edad Media perdió poder, y la sociedad civil comenzó a ganar terreno en la economía, la política y el arte de la época.

El Renacimiento y el Humanismo se caracterizaron por poner al hombre al centro de sus intereses, esto quiere decir que fue una cultura antropocéntrica. Durante esta época se admiraba la racionalidad y la inventiva humana, lo que motivó el desarrollo de eruditos amantes del conocimiento, pero también de grandes inventores y estudiosos de la naturaleza, como Leonardo Da Vinci, esta forma de actuar fue el germen de la cultura científica propia de la Edad Moderna.

Otras consecuencias

Además del afán de conocimiento, el antropocentrismo renacentista impulsó el espíritu de individualidad humana. Esto se hace evidente en el caso del arte, ya que fue a partir del Renacimiento y el Humanismo, cuando los artistas comenzaron a firmar sus obras y a sentirse orgullosos de estas.

La valoración del hombre no solo tuvo como consecuencia el deseo de reconocimiento, sino el afán de autodeterminación de las personas, este espíritu impulsó el desarrollo de un sistema económico más competitivo y abierto como fue el mercantilismo, y la creación de las primeras bancas.

El desarrollo económico estuvo estrechamente ligado con el desarrollo de las artes. Durante el Renacimiento surgió la figura del mecenazgo, que consiste en el patrocinio de los artistas y escritores por parte de la alta burguesía, esto a su vez impulsó la creación de los talleres de pintores y escultores donde se formaron las nuevas generaciones de artistas renacentistas como Leonardo, Miguel Ángel y Rafael.

Resumen sobre el Renacimiento y el Humanismo

El Renacimiento y el Humanismo fueron movimientos filosóficos, literarios y artísticos que ocurrieron durante los siglos XV y XVI, se iniciaron en Italia y se diseminaron por toda Europa.

El humanismo tuvo como figuras precursoras a escritores italianos como Dante, Petrarca y Bocaccio, y artistas como Giotto. Las ciudades donde se desarrolló el primer Renacimiento y el Fumanismo fueron Florencia, Siena, Toscana, Roma, Venecia y Nápoles.

El humanismo italiano fue un movimiento renovador que admiraba la antigua cultura griega y romana y que se propuso retomar los valores y el conocimiento de la cultura clásica.

Los principales representantes del Renacimiento y el humanismo italiano fueron Leon Battista Alberti, Picco della Mirandola, Nicolas Maquiavelo, Marcilio Ficino, Miguel Angel Bunoarrotti, Leonardo Da Vinci y Rafael de Sanzio.

Los valores del Renacimiento y el humanismo eran la idea del hombre como medida de todas las cosas, la vida secular, el racionalismo, la individualidad, el espíritu creativo, la curiosidad por el conocimiento y la admiración de la tradición clásica grecorromana.