La revolución rusa de 1917, causas y consecuencias

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La Revolución rusa de 1917 dio inicio al nacimiento de la Unión Soviética.  En febrero de 1917 las manifestaciones populares de descontento obligaron al Zar Nicolás II a abdicar y ceder el poder a un gobierno de alianza entre liberales y socialistas. Luego, en octubre de ese mismo año, los bolcheviques lograron obtener el control absoluto del poder.

A continuación, te hablaré acerca de la revolución rusa, sus causas, protagonistas y sus etapas.

Revolución rusa causas

En 1917 la población de Rusia atravesaba por una situación realmente muy precaria. En el campo las personas de menos recursos padecían hambre y enfermedades. El acceso a las tierras para cultivo era muy limitado ya que la aristocracia rusa explotaba grandes extensiones de territorio y a sus pobladores.

Por otra parte, en las ciudades, el desarrollo industrial era limitado. Al igual que en otros países la concentración de los medios de producción estaba restringido a la clase aristocrática y a la alta burguesía. Esto ocasionó que en las ciudades surgiera una clase obrera muy maltratada que acumulaba un gran descontento con la situación.

El Imperio ruso había entrado a la I Guerra Mundial en 1914, aumentando así las tensiones y el descontento de toda la población. En particular, los habitantes de Petrogrado, la capital, que es una  ciudad muy cercana a la frontera con Alemania. Allí la miseria de los soldados y los trabajadores contrastaba con el lujo de los palacios de la aristocracia gobernante.

A la par que esto ocurría, el Zar gobernaba con mano de hierro el Imperio, no había ninguna esperanza de concesiones para aliviar los problemas de la gran mayoría de la población. La Duma y la constitución creadas en 1905 no tenían ningún poder real para mejorar las cosas.

El cúmulo de problemas fueron la principal causa de la Revolución rusa, el hambre, la desesperación y la ira de la población en contra de sus gobernantes, convirtieron a Petroburgo en una bomba de tiempo que, finalmente, estalló el 25 de febrero de 1917, día internacional de la mujer. Las mujeres de la clase obrera iniciaron protestas y manifestaciones que se incrementaron rápidamente.

 El rechazo no era solo contra el gobierno, sino contra toda la aristocracia, la alta y pequeña burguesía, y todos los estamentos que representaran algún  poder en la  conservadora sociedad rusa.

Etapas de la Revolución rusa

Las manifestaciones que iniciaron el 25 de febrero fueron creciendo en magnitud y fuerza. Los reclamos eran contra los jueces, los militares, la policía, la burocracia, los dueños de las industrias, los terratenientes, banqueros, maestros y profesores. El descontento era contra el sistema patriarcal ruso y pronto apareció un objetivo claro para la revolución rusa, derrocar al Zar.

La respuesta del Zar Nicolás II fue enviar a su ejército en contra de la gran multitud que se manifestaba en las calles de la capital. El enfrentamiento entre las fuerzas zaristas y la gente causó muertos, esto avivó el descontento que pronto se convirtió en una verdadera sublevación.

La Revolución rusa de febrero de 1917

Un punto de inflexión en la Revolución rusa fue la toma del cuartel del regimiento Pavlovski por parte de los manifestantes. En contra de lo esperado, los soldados no atacaron a la turba, sino que, por el contrario, se unieron y depusieron a sus jefes militares. Este fue el inicio del fin para el gobierno zarista, ya que muy pronto se quedó sin fuerzas militares leales en la capital.

Las protestas, lideradas por jóvenes estudiantes, líderes de la clase obrera y soldados, pronto se difundieron por el resto del Imperio. El 27 de febrero los rebeldes tomaron la sede de la Duma, el palacio Táuride, allí se formó el consejo de trabajadores de Petrogrado, conocido como soviet.

El soviet no se hizo del poder, sino que  emplazó a los líderes de la Duma a formar un gobierno provisional. Este se formó el 1 de marzo de 1917, el objetivo de este régimen era realizar las reformas necesarias para mejorar las condiciones de la población rusa. Al día siguiente, el 2 de marzo,  la Duma y el estado mayor del ejército, pidieron la dimisión del Zar Nicolás II.

El gobierno provisional durante la Revolución rusa

El gobierno de transición de la Revolución rusa, formado por los socialdemócratas de la Duma y los socialistas de los soviets, era una entidad frágil. Su principal función era atender las demandas del pueblo y dirigir las acciones de Rusia en el curso de la guerra en la que se encontraba inmersa.

Sin embargo, el 3 de abril, regresó del exilio uno de los principales líderes revolucionarios, Vladimir Ilich Uliánov, conocido como Lenin. En su primer acto político, Lenin, enunció las conocidas tesis de abril, en las que reclamaba todo el poder para los soviets, o consejos de trabajadores.

Lenin era el líder de los bolcheviques. Estos eran una facción del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso que, a diferencia de la tradición socialista marxista, querían tomar el poder por la fuerza y entregarlo a la clase obrera. Esta fue la característica principal de la acción política de la Revolución rusa.

La facción dirigida por Lenin se hizo del control del partido, haciendo que el grupo de la burguesía socialdemócrata se encontrara en minusvalía. Pronto Lenin consiguió el apoyo de una gran cantidad de obreros y soldados que desconocían la teoría marxista y apoyaban las ideas de Lenin de superar el gobierno burgués y tomar directamente el poder.

Los bolcheviques supieron aprovechar el descontento reinante en la población empobrecida que estaba impaciente por reformas y conseguir mejores condiciones de vida. El objetivo de los bolcheviques era impulsar la Revolución Rusa, su lema, dirigido a ganarse el favor de la población era “Pan, tierra y paz”.

El dominio de los bolcheviques en las filas del ejército socavó la posición de Rusia en la guerra. Por otra parte, en cada región había constantes revueltas reclamando cambios y reformas. Los obreros pedían jornadas de ocho horas y el control de las industrias. Los soldados tenían sus propios soviets y reclamaban jornadas de combate de no más de ocho horas, igual que los trabajadores.

El gobierno de Alexánder Kerenski

 Las acciones desestabilizadoras de los bolcheviques causaron una situación de anarquía generalizada en toda Rusia. El gobierno de transición comenzó a tambalearse el 8 de julio cuando el primer ministro, el príncipe Lvov, dimitió en favor de Alexánder Kerenski. Este era el único líder socialista que pertenecía al gobierno y a los soviets, su ascenso al poder fue aclamado por la población.

Sin embargo, Kerenski ante la situación de guerra civil que enfrentaba Rusia, sumada a la situación en el frente, decidió tomar una línea de gobierno autoritaria, imponiendo una ley marcial y arrestando a los líderes bolcheviques. Esta decisión debilitó su autoridad y pronto tuvo que revertir sus decisiones.

Kerenski recurrió a los soviets para enfrentar el poder del ejército en manos del comandante general Lavr Kornilov. Este se dirigía hacia la capital a tomar el poder, la defensa de las fábricas de Petroburgo estaba a cargo de las milicias bolcheviques conocidas como la Guardia Roja. Sin embargo, este enfrentamiento no tuvo lugar, los soviets lograron convencer a los soldados del ejército de deponer las armas y pronto Kornilov y treinta oficiales leales fueron apresados y ejecutados.

Los adeptos de Kornilov que lograron sobrevivir se convirtieron en la base del ejército blanco. Este grupo conservador enfrentaría al ejército rojo en la guerra civil que siguió a la toma del poder por parte de los bolcheviques en octubre de 1817.

El ascenso de los bolcheviques al poder en la Revolución rusa

El gobierno de Kerenski quedó muy debilitado después de los acontecimientos de julio. Los conservadores lo acusaban de traicionar a Kornilov. Los socialistas sospechaban de Kerenski por su convivencia y colaboración con Kornilov. Esta situación se reproducía en el ejército, los soldados sospechaban de sus oficiales por colaborar con Kornilov.

La Revolución rusa se tambaleaba al igual que su posición en la guerra. Muchos líderes temían que de perder la guerra, algún miembro de la dinastía Románov podría tomar el poder apoyado por los conservadores y restaurar el régimen zarista imperial.

Los bolcheviques liderados por Lenin querían asaltar el poder y desplazar el gobierno provisional. Pero la mayoría de los líderes del partido socialista pensaban que esta acción sería rechazada por la población. Por esta razón, otro líder, León Trotsky, promovió la idea de tomar el poder en el II Congreso de los Soviets, en el que el gobierno debía ser traspasado a estos y no al partido.

Durante septiembre de 1917, los bolcheviques lograron hacerse del control de los soviets de Petrogrado, Moscú, Riga y Saratov. Lenin se oponía a la idea de Trotsky de una transición incruenta porque sabía que la entrega del poder de la Duma al soviet de Pretogrado implicaba una votación y un nuevo gobierno de coalición con los socialdemócratas y los mencheviques (el ala moderada del Partido).

La revolución bolchevique o el octubre rojo

Lenin se dirigió de incógnito a Petroburgo el 10 de octubre. Inmediatamente inició acciones para evitar que el II Congreso de los Soviets se llevara a cabo. Convocó al Comité Central del partido y logró que aprobaran su propuesta de una sublevación inminente. Con este apoyo, el 20 de octubre organizó el Comité Militar Revolucionario.

El Comité Militar Revolucionario era la vanguardia bolchevique en Petrogrado. Pronto este grupo tomó el control de la guarnición militar de Petrogrado. El 24 de octubre, ante los retrasos en la convocatoria del II Congreso de Soviets, Lenin dio la orden de iniciar la insurrección.

En la madrugada del 25 de octubre ocurrió la toma del Palacio de Invierno, que era la sede del gobierno provisional, todos funcionarios de este gobierno fueron detenidos. Luego, los seiscientos setenta delegados del congreso de soviets decidieron formar un congreso de coalición con todos los partidos que participaban.

Los socialistas revolucionarios y los mencheviques se retiraron del congreso en señal de protesta por las acciones violentas de los bolcheviques. Esto permitió a estos últimos formar un gobierno compuesto en su mayoría por obreros y soldados.

Aunque muchos pensaron que el gobierno bolchevique duraría poco, ante la posibilidad de perder el poder, Lenin, dejó de seguir las reglas del juego democrático. Pronto eliminó el poder de los soviets, y luego, cuando se eligió la Asamblea Constituyente, en vista de que los bolcheviques habían perdido la votación, decidió disolver esta en menos de trece horas.

En 1918 Rusia firmó la paz en la guerra contra Alemania. La situación del país fue una clara derrota con grandes pérdidas en términos de vidas y de bienes materiales. No obstante,  Lenin, se erigió como el ganador de la Revolución rusa y a partir de ese momento pudo concentrarse en su propia lucha para consolidar el poder en el interior de la naciente República Soviética.

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