Caída del Imperio romano de Occidente y surgimiento de los reinos germánicos

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Anastasiia Guseva/sp.depositphotos.com

El final de la Edad Antigua ocurre de manera definitiva cuando sucumbió la última potencia de la antigüedad, el Imperio romano de Occidente. Este hecho histórico trajo como consecuencia un nuevo orden en el mundo occidental.

A continuación, te hablaré sobre cuándo y cómo ocurrió la caída de Roma, cuáles fueron las causas y, sobre todo, cuáles fueron las principales consecuencias.

¿Cuándo fue la caída del Imperio romano de Occidente?

La caída del Imperio romano de occidente fue un proceso de declive político y militar que se dio durante un período de varios siglos, durante el siglo II y el siglo IV d.C.

Las luchas internas en Roma por el poder se sumaron a la presión ejercida por sus enemigos externos como eran las tribus germánicas conocidas como bárbaros por los romanos.

La situación de conflicto permanente socavó la autoridad del emperador de Occidente, esta figura  perdió el poder militar y los recursos económicos, lo que tuvo como consecuencia la pérdida del control sobre el vasto territorio del imperio.

En el año 476 d.C., Rómulo Augusto, considerado el último emperador de Roma, fue depuesto por el caudillo Odoacro, quien era  jefe de la tribu germánica de los hérulos. Este momento marcó definitivamente la caída de Roma para la historia.

¿Cuáles fueron las causas de la caída del Imperio romano de Occidente?

Aunque la decadencia del Imperio romano de occidente fue un proceso histórico complejo con múltiples causas, existen algunos acontecimientos históricos que fueron determinantes como la crisis del siglo III, la invasión del Rin y el saqueo de la ciudad de Roma.

La crisis del siglo III

La crisis del siglo III, conforma un período de cincuenta años que se da entre la muerte del emperador Severo (235 d.C.) y la ascensión al poder del emperador Diocleciano (285 d.C.).

En esta etapa hubo una ausencia de poder centralizado que creó confusión entre los ejércitos romanos.

La disputa por el poder hizo que las legiones romanas fronterizas designasen y depusiesen emperadores, una situación que causó la creación de pequeños imperios de breve duración como fueron el Imperio Galo y el Imperio de Palmira. Estos imperios fueron gobernados por emperadores carentes de legitimidad.

Durante los cincuenta años de crisis el Imperio romano de Occidente se debilitó, y las tribus bárbaras que habitaban sus fronteras aprovecharon para atacar y crear una situación de permanente conflicto e inestabilidad.

Los enfrentamientos con las tribus bárbaras llevaron a la ruina a las ciudades más prósperas ubicadas en los límites del Imperio romano de Occidente.

Las consecuencias de esta situación de crisis fueron innumerables, entre estas resaltan los problemas de orden económico como fue la primera hiperinflación que registra la historia.

La hiperinflación causó que las clases bajas urbanas se empobrecieron hasta no poder pagar el costo de los alimentos, por esta razón muchos de los plebeyos de las ciudades se desplazaron hacia las tierras pertenecientes a la alta aristocracia.

Estas personas se convirtieron en colonos bajo el amparo de la aristocracia, por eso tuvieron que ceder parte de sus derechos ciudadanos.

La condición de colono se hizo hereditaria y ataba a las personas a la tierra que habitaba. Este grupo de la población con el tiempo formó la base de la sociedad feudal del medioevo.

La invasión del Rin

Con este nombre se conoce el conflicto que enfrentó a los pueblos germánicos que habitaban los territorios al norte del río Danubio contra las legiones del Imperio romano de Occidente.

En el año 406 d.C. las tribus bárbaras ubicadas más allá de la frontera norte de la región Germania Primera aprovecharon la situación de descontento existente en las legiones romanas para traspasar los límites de los ríos Danubio y Rin.

Los Galos, en aquel momento aliados del imperio, fallaron en contener a los invasores, de igual modo ocurrió con el ejército romano acantonado en la frontera.

Ante la falta de resistencia las tribus germánicas avanzaron causando una gran destrucción en territorio romano.

La coalición de tribus bárbaras se dividió, de modo que algunos grupos ocuparon los territorios galos mientras que otros continuaron su marcha hacia Hispania, en cuyos territorios finalmente se asentaron.

Si bien los romanos pretendieron la defensa del territorio imperial, esta resultó satisfactoriamente, con el tiempo fue imposible recuperar el control total de la Galia, Hispania y Britania, lo que mermó el poder y los ingresos de la corte de Ravena, donde se había desplazado el emperador de Roma.

El último hecho asociado con la invasión del Rin ocurrió en el año 468, cuando vándalos y alanos cruzaron el mar Mediterráneo a través del estrecho de Gibraltar y se hicieron del control de los territorios africanos.

El saqueo de Roma

Este hecho histórico ocurrió en el año 410 d.C. luego de la segunda invasión de Italia realizada por los visigodos al mando de Alarico I.

Esta situación ocurrió tras un asedio que tenía como propósito forzar un acuerdo con el emperador Honorio durante la tercera invasión de los visigodos a la península itálica.

Durante tres días las tropas de Alarico I se dedicaron a quemar y robar todo lo que encontraron a su paso en la ciudad de Roma.

El saqueo de la ciudad de Roma no representó una victoria definitiva en la guerra de los visigodos, pero sí fue un duro golpe a la moral de los romanos quienes perdieron su aura de guerreros invencibles al perder su capital y el símbolo de su poderío.

Consecuencias más relevantes

El período de luchas, conocido como las invasiones bárbaras, condujo a la caída del Imperio romano de Occidente.

La principal consecuencia en Europa occidental de la caída de Roma fue la disolución de la unidad territorial del imperio.

Esta fragmentación del territorio permitió el surgimiento de nuevas entidades políticas formadas por los diversos grupos étnicos de origen germánico, que son conocidos como los reinos germánicos o reinos romano-germánicos.

Los reinos germánicos se constituyeron a partir del siglo V en las principales regiones romanas que fueron habitadas por los pueblos germánicos. Las aristocracias guerreras de los pueblos germánicos se impusieron sobre los anteriores habitantes romanos, incluso creando leyes diferenciadas para germanos y romanos.

¿Qué reinos se formaron tras la caída del Imperio romano de Occidente?

En la región norte de Britania se asentaron las tribus de anglos y sajones.

La zona de la Galia fue dominada prácticamente por los francos que luego fueron sucedidos por los merovingios. La Hispania quedó dominada por los visigodos y la península Itálica, o Italia, fue conquistada por los ostrogodos.

En todas estas regiones se dio un proceso de conquista y colonización, no solo territorial y política, sino de sincretismo cultural en el que se mezclaron la cultura romana de los antiguos habitantes del imperio con la cultura germánica de los pueblos invasores.

Los reinos germánicos que dominaron el territorio europeo permanecieron en estado de guerra permanente entre ellos, en especial por disputas territoriales.

Esta situación creó un clima de mucha inseguridad, y la población urbana más débil emigró hacia el campo en la búsqueda de la protección de los señores terratenientes.

Este fenómeno de migración de la ciudad al campo había iniciado durante las colonias de la Crisis del siglo III en Roma, y gradualmente se convirtió en la base del feudalismo medieval.

Las rutas de comercio se disolvieron y la actividad económica floreciente propia del imperio desapareció.

Los reinos germánicos se caracterizan por una economía centrada en la explotación de la tierra, mediante la ganadería y la agricultura, para satisfacer las necesidades básicas de cada señorío.

La fragmentación y la situación de conflicto causaron que los reinos germánicos se encontraran en un atraso económico y cultural, en relación con el desarrollo logrado por el Imperio romano de Occidente.

Los principales reinos germánicos, una vez que cayó el Imperio, fueron creados por los godos que a su vez se dividían en visigodos ubicados en el reino de Tolosa, en Hispania; y ostrogodos Italia. 

Otros reinos germánicos importantes fueron aquellos de los lombardos que invadieron el norte de la península itálica; los francos y merovingios que se asentaron en la Galia; y los anglos y sajones que dominaron la región de Britania.

Estos reinos con el tiempo asumieron la religión cristiana, unos se convirtieron en monarquías autoritarias, mientras que otros evolucionaron hacia el modelo de monarquía feudal propio de la Edad Media.

Los reinos germánicos delinearon el desarrollo de la identidad de los Estados-Nación europeos que evolucionaron a partir de ellos.

Resumen de lo estudiado

Resumen, esquema de la caída del Imperio romano de occidente
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