Imperio Seléucida

A continuación te voy a hablar del Imperio Seléucida, su origen, la extensión geográfica que alcanzó, su sistema de gobierno, las bases de su economía, la importancia de su ejército, las creencias religiosas de sus habitantes, su cultura y las causas del fin de este imperio de la antigüedad.

Origen del Imperio Seléucida

Seguramente has escuchado hablar del gran Alejandro Magno. Él fue un rey macedonio que logró construir un gran imperio antes de cumplir los treinta años, el más grande de su época. Sus conquistas ayudaron a aumentar la influencia de la cultura helénica en todo el mundo antiguo en el siglo IV a.C.

Sin embargo, a la muerte de Alejandro, en el año 323 a.C. él no tenía descendientes, ni había claridad en quien sería su sucesor en el gobierno de un vasto imperio que se extendía desde Egipto, en el norte de África, hasta la India.

Por este motivo, pronto se iniciaron una gran cantidad de luchas internas por el control del imperio macedonio, por lo que este se desmoronó como un castillo de naipes.

Los sátrapas nombrados por Alejandro como sus sucesores pronto perdieron el control. Y nuevos caudillos se hicieron con el poder en las diversas regiones que había conquistado el héroe macedonio.

De este modo, en la región oriental del imperio de Alejandro, logró prevalecer como gobernante en el año 312 a.C., Seleuco Nicanor, quien también era un aristócrata de origen macedonio.

Dando así origen a uno de los imperios más grandes e importantes de la antigüedad, el Imperio Seléucida, un estado helenístico que subsistió durante casi doscientos cincuenta años.

Ubicación geográfica del Imperio Seléucida

Seleuco venció a Antígono I, quien era el sucesor de Alejandro en la región de Babilonia (Mesopotamia, actual Irak). Desde allí inició una campaña expansiva que lo llevó a él y a sus sucesores, los seléucidas, a controlar grandes extensiones de territorio, hacia el oeste hasta Siria, y hacia el norte hasta Tracia. Controlando así las regiones de Anatolia central, Mesopotamia, Persia, Pamir e incluso Paquistán.

Las campañas hacia el Este proporcionaron, a los seléucidas, la mayor porción de territorio que lograron conquistar, llegando al valle del río Indo, en el momento de mayor esplendor y gloria de su imperio.

Aunque esta gran expansión territorial duró poco tiempo, el propio Seleuco I vivió para ver cómo la región del valle del Indo se perdió a manos de los Maurya, con quienes se vio obligado a pactar la entrega de estos territorios a cambio de una fuerza de quinientos elefantes para su ejército.

De modo que, en el año 190 a.C., el Imperio Seléucida estaba conformado por los territorios de Siria, Irak y una gran porción de la meseta iraní.

Sistema de gobierno del Imperio Seléucida

El Imperio Seléucida fue fundado por Seleuco, y luego fue heredado por sus descendientes, por lo que el sistema de gobierno fue monárquico, en especial porque Seleuco pertenecía a las clases nobles aristocráticas de Macedonia que se consideraban con derecho de nacimiento a gobernar.

Sin embargo, debido a la gran extensión del imperio, Seleuco mantuvo el modelo de gobierno heredado de los aqueménidas –antiguos persas– y mantenido por Alejandro Magno.

Por eso dividió la administración del imperio en regiones y nombró gobernadores en las diferentes provincias. Estos gobernantes eran llamados sátrapas –del griego antiguo que traduce protector–. Ellos contaban con cierta independencia judicial, administrativa y tributaria, así como en la organización y mantenimiento del ejército.

La dinastía fundada por Seleuco tuvo treinta reyes descendientes de él, que gobernaron su imperio, o reino, depende de la época a la que nos refiramos a este, desde el año 312 a.C. hasta el año 63 a.C.

Economía

Al igual que el Imperio Persa, del cual heredó su territorio, el Imperio Seléucida, basaba su principal fuente de ingresos en los tributos provenientes del comercio.

La extensión territorial que controlaban los gobernantes seléucidas les permitió dominar y controlar las rutas de comercio entre occidente e importantes regiones como el Imperio Maurya, en la actual India y Pakistán, las ciudades-oasis de Asia Central como Merv y Bactria y los centros urbanos Seléucidas.

Algo que favorecía especialmente este dominio era el control que tenían de los pasos de montaña entre occidente y oriente. Por esta razón eran los amos y señores del comercio por vía terrestre que se realizaba entre la región mediterránea y Asia.

Esta posición privilegiada le permitió a los gobernantes seléucidas establecer relaciones de comercio con los gobernantes del Imperio Maurya y con los reinos de Asia Central. Además eran una bisagra que señoreaba el comercio entre las regiones adyacentes a los centros urbanos del imperio.

Esta situación, aunque favoreció a los seléucidas durante un tiempo, poco a poco le ganó la enemistad de los romanos, algo que a la postre condujo a su destrucción.

El ejército seléucida

Una de las principales razones del éxito de los seléucidas fue su ejército. Este se encontraba organizado bajo el modelo helénico heredado del ejército de Alejandro Magno.

La mayoría de sus integrantes eran guerreros profesionales de origen griego. También tenía un componente importante de hombres de origen oriental.

Por ser un estado helénico, cuando las guerras enfrentaban a otros diadocos (gobernantes griegos), evitaban aniquilar y asesinar a los soldados del ejército contendiente, ya que estos por ser helenos conocían la lengua y las costumbres del ejército y así podían ser fácilmente contratados para las filas seléucidas.

Esta práctica llevó a que muchos de estos combates no llegaran a cruentas batallas, sino que se zanjaban en una negociación y el pago de tributos por parte de los que reconocían su inferioridad militar.

La organización de la tropa estaba fundamentada en el modelo de la falange macedonia, también contaba con cuerpos de arquería y la caballería oriental (que contaba con elefantes además de los caballos). Dentro de la caballería había un cuerpo de élite llamado los Compañeros, que eran la guardia del rey.

Los reyes seléucidas también utilizaron la contratación de mercenarios y de guerreros de toda latitud, desde indios hasta galateos.

En el año 63 a.C. el reino seléucida debió enfrentar a su enemigo más temido, Roma, para eso trataron de imitar la organización de las temibles legiones romanas. Sin embargo, esto no les valió de mucho y terminaron derrotados y el ejército disuelto.

Religión y cultura seléucida

El Imperio Seléucida, era un estado helénico. Esto se dice de los reinos que se formaron a partir de los restos del imperio macedonio de Alejandro Magno.

Aunque los macedonios eran un pueblo oriental, Alejandro se sentía heredero de la tradición y cultura helénicas. Él había sido educado por Aristóteles, uno de los pensadores más importantes de la cultura griega clásica.

Por esta razón, su imperio y los que se formaron a partir de éste, desde el punto de vista cultural, tenían como objetivo la difusión y el dominio de la cultura helénica, sobre todo, de la lengua griega en toda población de los territorios asiáticos que llegaron a conquistar.

De este modo, de la mano de Seleuco I, y de sus descendientes, se implementó una política de expansión helenizante de la cultura y de la religión en Asia central y el oriente próximo.

Esto no ocurrió sin resistencia. Por ejemplo, la revuelta de los macabeos ocurrida en el año 165 a.C. fue producto del intento de colocar una estatua del principal dios griego, Zeus, en un templo de Jerusalén (hebreos).

La resistencia a la cultura y religión griega de los diversos pueblos semitas y asiáticos fue siempre muy fuerte. Al punto que en la medida en que las migraciones greco macedonias comenzaron a disminuir, los habitantes de las regiones del valle del Indo, y de la antigua Mesopotamia y Persia, recuperaron su lengua, sus costumbres culturales y sus creencias religiosas.

Fin del Imperio Seléucida

En el año 190 a.C. el ejército seléucida sufrió su primera gran derrota ante los romanos, perdiendo con ellos el control de Anatolia.

Luego, la rebelión de los macabeos significó otro duro revés para las ambiciones de los gobernantes seléucidas, a raíz de esta revuelta en el año 164 a.C. perdieron la provincia de Judea en Palestina.

Estos dos hitos marcaron la decadencia del gobierno y la disolución de la integridad territorial alcanzada por el Imperio Seléucida.

Ya en el siglo I a.C. lo que quedaba de la antigua gloria de este imperio se reducía a unas pocas ciudades Sirias. Sin embargo, el rey Antioco XIII en el año 69 a.C. logró restaurar como entidad política el imperio, causando una guerra civil con el rey Filipo II, quien también era un gobernante seléucida en disputa.

Esta situación alarmó sobre manera a los romanos, quienes finalmente, una vez conquistado el Ponto, en el año 63 a.C. bajo la dirección de Pompeyo Magno, el gran general y procónsul romano, derrotaron a Mitrídates.

Esta derrota significó la disolución del ejército del Imperio Seléucida, y la absorción de sus territorios por parte de los romanos, que trataron de restaurar el oriente helenístico que había aglutinado Alejandro Magno, esta vez bajo su control y dominio.