El arte griego según sus etapas. Arquitectura, escultura y pintura

Arte griego (Partenón)
Jesus Abizanda/CC BY 2.0

La importancia del arte griego estriba en que su influencia ha permanecido durante siglos en los artistas y en el gusto de la cultura occidental.

A continuación te voy a hablar del arte griego de la antigüedad clásica, su origen, sus estilos y las principales características de la escultura, la pintura de cerámicas y la arquitectura.

Etapas del arte griego

Seguramente alguna vez te has maravillado al observar una estatua griega, al observar la maestría con la que el escultor logró representar de manera realista los detalles de la anatomía de una persona, su postura e incluso la expresión de sus emociones a través de su rostro.

En efecto, el arte griego alcanzó una gran perfección en sus técnicas artísticas. Sin embargo, no siempre fue así. El gran dominio técnico y expresivo del arte griego fue alcanzado de modo lento durante siglos por muchos escultores, pintores, alfareros y arquitectos.

Este proceso de evolución del arte griego ha sido caracterizado por los historiadores del arte en diferentes estilos de acuerdo con cada una de sus etapas: período geométrico, período orientalizante, arcaico, clásico y helenístico.

Período geométrico

La etapa inicial del arte griego es conocida como «período geométrico», abarca desde el siglo IX al VII a.C. En este período, en la decoración de los vasos cerámicos se privilegia el uso de formas geométricas abstractas y representaciones estilizadas de la figura humana y de ciertos animales como los caballos.

Sobre todo, se puede apreciar la representación de escenas fúnebres en vasos de uso ritual de gran formato, con medidas que superan el metro de altura. En este período se puede apreciar cierta reminiscencia del arte prehistórico.

También es posible apreciar la influencia de la cultura cretomicénica, en especial en el uso de patrones geométricos como líneas paralelas o en zigzag, que se repiten para ornamentar a los vasos.

La arquitectura de este período muestra una evolución del típico Megarón micénico (un templo que básicamente era un gran salón de planta rectangular) hacia lo que será el templo arcaico griego de planta rectangular con uso de columnas en la parte anterior.

La técnica de construcción utilizada era una base o zócalo de piedra de hasta un metro de altura, sobre el que se alzaba la mampostería con el uso de ladrillos de adobe; los techos eran rematados con el uso de madera en su estructura y tejas para cubrir como techumbre.

En el siglo VII a.C. se comenzó a utilizar con más frecuencia la piedra para levantar las paredes de los templos.

Período orientalizante del arte griego

En el siglo VII a.C., el arte griego inicia un período de transición hacia el naturalismo arcaico conocido como estilo orientalizante.

Este período se dio producto del intercambio de los pueblos helénicos con otras culturas. Esto ocurrió debido al crecimiento de la población helénica que los obligó a colonizar nuevos territorios, en los que entraron en contacto con pueblos de latitudes más orientales como los fenicios y los asirios.

Producto de este intercambio, en las polis griegas, se comenzó a comerciar con mercancías provenientes de lugares tan remotos como el valle del Indostán o el norte de África. La influencia de culturas como la asiria o la egipcia se hizo presente en materiales y técnicas que ayudaron a desarrollar el arte griego.

En cuanto a la arquitectura, es durante este período en el que se inicia la construcción de los primeros templos griegos en los que se hace uso de la típica disposición de pronaos (pórtico); naos o cella (santuario) y opistodomos (espacio posterior destinado a guardar el tesoro del templo, no se usó en todos los templos).

Período arcaico del arte griego

Este es el primero de los períodos que se consideran dentro del canon del arte griego clásico. A finales del siglo VII a.C. y el siglo VI a.C. se desarrolló una verdadera revolución en el arte griego. Es durante este período que se fijaron los elementos que caracterizaron los templos griegos, los cuales se situaron en los montículos elevados de todas las ciudades helénicas como en el caso de la Acrópolis de Atenas.

Arquitectura

De este período destacan tres templos por su relevancia, el de Apolo en Delfos, donde se encontraba el famoso oráculo que tuvo tanto prestigio en la antigüedad; el de Zeus en Olimpia y el de Poseidón en Istmia. De estos templos aún quedan parte de sus ruinas que puedes visitar en estas localidades griegas. Estos templos eran importantes porque en estas ciudades y en honor a esos dioses se celebraban los juegos deportivos más famosos entre los pueblos helénicos.

La estructura clásica del templo griego era la de una planta rectangular construida en un zócalo de piedra estructurado en las tres partes mencionadas: pronao, cella y opistodomos. Ya en el período arcaico el material predominante en la construcción de los templos era la piedra.

Sobre el zócalo de piedra se disponían filas de columnas de piedra que estructuran los espacios del templo (períptero), en otra variante conocida como próstilo solo se utilizaban dos columnas que enmarcan el pórtico.

 Muchos de los elementos ornamentales de los templos del arte griego son reminiscencia de cuando los hacían en madera, por ejemplo, las canales de los fustes de las columnas que recuerdan la textura de los fustes de madera. La decoración de los elementos arquitectónicos varió en tres órdenes propios de diversas regiones.

El orden dórico

Es el más antiguo de los órdenes de la arquitectura griega, proviene de la región de los dorios que era una de las cuatro tribus que forman el pueblo helénico.

Los primeros templos arcaicos eran de orden dórico. La arquitectura dórica se caracteriza por ser robusta y austera en cuanto a la decoración. Se puede decir que el dórico maduro es el prototipo de la arquitectura clásica.

La base del templo dórico consistía en tres escalones, los dos primeros eran los estereóbatos y el último el estilóbato. Sobre este se erigían los fustes de las columnas acanaladas con veinte estrías. Los fustes dóricos arcaicos eran muy robustos, usualmente de dieciséis módulos.

Las columnas dóricas se caracterizan por no utilizar la basa, sino que se levantan directamente sobre el estilóbato. El remate de la columna es un capitel muy sencillo formado por tres secciones.

– El ábaco es la sección superior del capitel y consiste en una pieza prismática de planta cuadrada, la cual sostiene la estructura horizontal de la cornisa que reposa sobre la columna.

– El equino es un segmento cónico que une la estructura más pequeña del fuste con la base cuadrada, de mayor tamaño del ábaco.

– El collarino es la última sección del fuste, dividida de este por una pequeña canal horizontal.

Las columnas sostienen una sección horizontal llamada entablamento, su primer componente es una estructura lisa horizontal que reposa a lo largo de todas las columnas llamada arquitrabe. Sobre este se coloca el friso formado por la sucesión de segmentos llamados triglifos (tres bandas verticales divididas por canales llamadas glifos), y luego otro segmento o abertura rectangular en la cornisa llamada metopa, este panel usualmente era decorado con esculturas y bajorrelieves alusivos al dios.

Sobre el friso reposa  la cornisa que sostiene el techo de tejas a dos aguas. En el pórtico o pronaos, estas estructuras forman un triángulo llamado frontón, este espacio estaba cubierto con esculturas en bajo relieve alusivas al dios al que estaba dedicado al templo.

Escultura

Durante el período arcaico en la escultura del arte griego se nota la fuerte influencia de tradiciones orientales. Sin embargo, lo notable de la escultura griega es que se empieza a manifestar la voluntad de representar la vida y el movimiento en las esculturas.

Existen dos prototipos de representación de las figuras humanas en el período arcaico, los varones eran representados como jóvenes mancebos denominados Kuros y las féminas eran representadas bajo una convención denominada Koré.

Ambos tipos consistían en estatuas de bulto exentas, de cuerpo completo, de pie, con un pie adelantado, su rostro era inexpresivo, en el caso de los hombres iban con el torso desnudo y las mujeres usaban una vestimenta típica. También el tocado del cabello era algo convencional que seguían una serie de normas en las que se siente la influencia del hieratismo y las convenciones escultóricas de los egipcios.

Período clásico del arte griego

El período clásico tiene una primera etapa llamada estilo severo que es propia del siglo VI a.C., y la etapa de máximo esplendor en el siglo V y IV a.C.

En el período clásico del arte griego, los escultores, pintores y arquitectos empezaron a gozar de cierta notoriedad y relevancia dentro de la sociedad. Aunque no eran considerados artistas en el sentido que lo hacemos hoy día, sí eran considerados artesanos valiosos.

Esto lo sabemos gracias a que a partir de este período empezamos a conocer el nombre de los autores de las obras, debido a que las firmaban con la intención de atestiguar el orgullo que sentían por las mismas.

Arquitectura

En este período el orden dórico alcanzó todo su esplendor y belleza y, además, se desarrolló un nuevo orden proveniente de la costa oeste de Asia menor, de la tribu helénica que poblaba esa región costera, los Jonios. A este nuevo orden de la arquitectura se le conoce como jónico y fue utilizado ampliamente en templos públicos y en edificaciones privadas.

Orden Jónico

Este orden es mucho más estilizado y esbelto que el dórico y se caracteriza por su gran elegancia. Si deseas conocer un edificio característico de este orden lo puedes hacer en la Acrópolis de Atenas, en donde se encuentra el templo más emblemático de este orden, el de la diosa Niké (Victoria).

Se distingue del orden dórico por algunas particularidades dentro de las que resaltan las de su columna, esta viene dotada de basa. De modo que, sobre el estilóbato, antes del fuste, se coloca este cuerpo compuesto de tres secciones, dos molduras de forma circular conocidas como toros, el primero de mayor diámetro que el segundo, ambas estructuras se encuentra separados por una moldura conocida como escocia que se intercalaba entre ambos.

El fuste es de sección circular y más alto que en el orden dórico, consta de dieciséis módulos a los que se le suman un módulo de la basa y un módulo del capitel para que la columna sea de dieciocho módulos.

El fuste se decoraba con veinticuatro acanaladuras, cuatro más que el dórico, lo que hace lucir a la columna más esbelta.

El fuste es rematado por el collarino y sobre este reposa el capitel. La sección que marca el inicio del capitel es el astrágalo, este consiste en una moldura de forma semicircular convexa.

Sobre el astrágalo se coloca el elemento más distintivo del orden jónico, las dos volutas o formas espirales que adornan sus capiteles. Sobre estas remata un pequeño ábaco rectangular.

El entablamento en el orden jónico está formado por un arquitrabe compuesto por tres secciones o platabandas, que son tres bandas horizontales que se superponen de forma escalonada y progresiva, las de arriba más largas que las inferiores.

El friso que se superpone al arquitrabe, en el jónico solo lleva como decoración las metopas.

Y la cubierta o techumbre está formada por la cornisa, el frontón y la sima que es otra moldura que remata la línea del techo a dos aguas.

Escultura

El período clásico es el momento de máximo esplendor y belleza de la escultura. Durante el siglo V y el IV a.C., en ciudades como Atenas brillará el nombre de sus grandes escultores como Mirón, Fidias y Policleto, además de otros menos relevantes como Lisipo o Praxíteles.

Mirón se le reconoce por la famosa obra del Discóbolo que representa un atleta griego en el momento previo al lanzamiento del disco.

Esta obra significa un gran cambio en el modo de representar a través de una escultura, se trata casi de una fotografía instantánea que capta el momento del movimiento. Con ella se rompe la rigidez y el hieratismo anterior y se dota de vida a la piedra.

Fidias es el gran escultor de Atenas, sus figuras poseían una magnificencia que se traduce en serenidad y nobleza. Fue el creador de la estatua de Zeus de Olimpia y la de Atenea en el templo de la Acrópolis, hecha en marfil y oro (a este tipo de obras se le llama criselefantinas), medía doce metros aproximadamente.

Otra obra hecha bajo la dirección y autoría de Fidias, igualmente famosa y que puedes conocer y disfrutar hoy en día, son los relieves que adornaban el frontón del Partenón de Atenas, el templo dedicado a Zeus. Estos grupos escultóricos se encuentran en dos grandes museos, el Museo de la Acrópolis en Atenas (Grecia) y en el Museo Británico de Londres (en Inglaterra).

Policleto, era contemporáneo a Fidias, tan famoso como éste, fue el creador del canon escultórico, esto es las proporciones del cuerpo humano que representaban el ideal de belleza griego.

La obra más reconocida de Policleto justamente por su equilibrio, perfectas proporciones y sutil belleza es el Doríforo, una escultura que ha sido admirada y estudiada durante siglos por escultores y artistas. En ella utiliza la técnica del contrapposto para darle vida al hombre representado, esto lo logra a través de la postura con la inclinación de los hombros, un leve escorzo o giro de la cadera y una pierna adelantada como si estuviese a punto de dar un paso.

Período helenístico

Este período se conoce también como el período de la difusión del arte griego, durante los finales del siglo IV hasta el siglo II a.C., y que sería imitado luego por copistas y epígonos romanos y de otras latitudes que fueron influidos por la cultura y el gusto helénico.

La expansión del arte griego durante el período helénico se debe en buena medida a las campañas de conquista que condujeron a Alejandro Magno a la constitución de su gran imperio, aunque luego se fragmentara en varios imperios helénicos, para finalmente ser sometido y conquistado por los romanos, estos también admiraron y copiaron el arte griego.

Arquitectura

El período helénico del arte griego, en cuanto a la arquitectura, se caracteriza por la construcción de obras de gran envergadura, en especial debido a la fundación de ciudades que fueron pensadas y concebidas desde cero, como fue el caso de Pérgamo y Alejandría en Egipto, razón por la cual podemos hablar de urbanismos planificados, incluso con la intención de dar un efecto de grandeza y magnificencia.

El período helénico de la arquitectura es ecléctico, utilizaba y combinaba diversos órdenes, se utilizó por primera vez materiales y técnicas de construcción como el hormigón, que era una forma primitiva de concreto.

Orden corintio

Este período se caracterizó por el profuso uso de los tres órdenes clásicos de la arquitectura griega, en especial del tercer orden llamado corintio, debido a que fue creado en la ciudad de Corintios por el arquitecto Calímaco en el siglo IV a.C.

El corintio se diferencia del jónico por su gran ornamentación y por el tamaño de su capitel que es un poco mayor. Uno de los ejemplos más característicos de este orden es el edificio del monumento de Lisícrates en Atenas.

La columna inicia con una basa similar a la del jónico con dos molduras semicirculares o toros separados por la moldura de la escocia. El fuste de base circular, de veinticuatro canales separados por pequeños filetes longitudinales, que cambian un poco la apariencia de las columnas anteriores.

El capitel distintivo de este estilo tenía forma de campana invertida, estaba decorado con hojas de acanto cuyos tallos hacen la forma de volutas en las cuatro esquinas del capitel.

El entablamento es igual al jónico, de tres platabandas escalonadas, rematado por el friso que no tiene adornos de metopas y si se decora con esculturas en relieve.

La cornisa se ubica sobre el friso y suele tener un pequeño volado con una moldura en forma de cimacio, es decir, una moldura curva con forma de “S”.

Todo esto cubierto por el frontón, la sima y unas pequeñas esculturas que se encuentran en los vértices laterales del frontón llamada acróteras.

Escultura

La escultura del período helénico se caracteriza por tratar de transmitir vida y movimiento en sus obras lo que se traduce en grupos escultóricos de gran realismo. Los temas poco a poco dejan de ser nobles o dedicados a los dioses y los héroes, para hacerse más cotidianos.

Así encontraremos la representación de niños con sus mascotas como la escultura del Niño con la Oca que data del año 160 a.C., que se puede admirar en la sección de arte griego del Museo del Louvre en París (Francia).

Las escuelas más distintivas de este período se encuentra fuera del área helénica tradicional, entre las más importantes se deben mencionar: la Pérgamo, en el noroeste del Asia menor; la de la isla de Rodas, donde se erigió el famoso Coloso, una de las maravillas del mundo antiguo; la de Alejandría, en Egipto, al norte de África y las de Tralles y Antioquia que hoy día se encuentran en la actual Turquía.

Si hay una escultura emblemática del período helénico es la de Laocoonte y sus hijos, ejecutada por  Agesandro, Polidoro y Atenodoro de la escuela de Rodas. La puedes admirar en el museo del Vaticano, vecino a la ciudad de Roma (Italia).

En este grupo escultórico de mármol blanco se puede ver el cuerpo del sacerdote troyano Laocoonte, en un escorzo de gran tensión, en el que se puede apreciar toda su musculatura bien definida, el hombre mayor está junto a sus hijos, todos se retuercen de dolor y luchan evitar ser estrangulado por serpientes marinas, un castigo al que fue condenado por los dioses.

El grupo está dotado de mucho movimiento y tensión conferida por la composición de los tres cuerpos y las serpientes con formas curvas entrelazadas y encontradas.

La pintura en el arte griego

Aunque conservamos el nombre de algunos de los grandes pintores griegos como fueron Zeuxis y Parrasio, lamentablemente ninguna de sus obras subsiste hasta nuestra época.

Podemos tener una idea del estilo y maestría de las pinturas griegas del período clásico por las decoraciones de la cerámica, vasijas, platos y ánforas que sirvieron de soporte para la copia de obras de pintura como parte de su ornato.

Sin embargo, durante el período helénico, contamos con algo más significativo, se trata de las obras que decoran las villas de las ruinas de las ciudades de Pompeya y Herculano, las cuales si bien eran ciudades romanas sus obras de arte corresponden a este período y estilo del arte griego.

Lo que podemos apreciar en estas pinturas del arte griego, es que las pinturas helénicas no estaban ligadas directamente a una función ritual o religiosa, los artistas estaban más interesados por aspectos de su técnica que en representar motivos mitológicos o heroicos.

Sabemos que hubo pintores que se dedicaron a pintar escenas de la vida cotidiana como las barberías o las despensas de las cocinas. También ejecutaron paisajes, naturalezas muertas y retratos de sus mecenas.

El punto más elevado de la pintura del arte griego fue el alcanzado por el pintor Apeles, quien trabajó al servicio de Alejandro Magno, representando sus hazañas y las dotes particulares del guerrero y de su familia. Apeles fue, con mucho, el pintor más famoso de la antigüedad, y su obra más conocida «la calumnia» inspiró a artistas del renacimiento como Botticelli y Durero.

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